El Señor de Luren es una
imagen de Cristo crucificado. Sus novenas se inician el primer jueves del mes
de octubre hasta que sale en procesión el tercer lunes, a recorrer las
calles principales, desde las siete de la noche y vuelve a su templo al medio
día, del día siguiente. Lo acompañan miles de fieles que vienen de diversos lugares
del Perú y del mundo.
Conforme avanza el Cristo
moreno por las calles, pasa por arcos y alfombras de flores bellamente
decorados por devotos de diversas instituciones como la Universidad Nacional
San Luis Gonzaga, instituciones educativas, colegio de periodistas, etc. entre
rezos, peticiones y cánticos religiosos. Llevan en sus manos velas prendidas y
cerca muy cerca, las sahumadoras que van quemando incienso.
La Bajada:
Para
diversos autores “La bajada” tiene aún más significado que la procesión, pues “es el acto solemne
en el que el Señor será retirado del lugar sagrado donde la tradición dice que
por su voluntad se quedó”. Esta ceremonia consiste en descender la
imagen desde su altar para ser llevada a un lado del templo, donde la gente se
acerca para “dar las gracias” y arreglarlo para la procesión.
Los fieles le pasan
algodones por el rostro. Se dice que los algodones tienen fines medicinales.
Antes, se le media con cintas de colores porque se creía que estaba vivo y que
crecía cada año.
El decorado de las andas se
realiza de manera pública, es decir con el templo a puertas abiertas. La gente
lleva desde flores hasta valiosas joyas para que el Señor las luzca en su
procesión.
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